Con mi novio

Operación Bikini

lunes, 17 de mayo de 2010

EL DIARIO DE MIDNA (2)


Jardines del Palacio, Reino del Crepúsculo, día 17 del mes de Farore


Últimamente tengo un sueño que se repite. Aparezco en un lugar oscuro y silencioso, pero ni mi condición consigue que pueda ver u oír nada. Entonces, poco a poco, se llena de personas enmascaradas bailando el vals enfundadas en caros y elegantes trajes. Las luces vuelven, pero toda la corte me empuja y me aparta como si no existiera. Quiero gritar, pero ningún sonido sale de mi garganta, y cuando me miro el cuerpo me descubro desnuda y vulnerable, y encojo hasta tener de nuevo 6 años, y siento como mi madre me agarra de la mano. Luego ella, furiosa, me grita y me abofetea, y me recrimina que yo la maté… y entonces veo a Ley, con la mirada demente, con una sonrisa psicópata, y riendo me pregunta que hago, y yo me encuentro con una antorcha en la mano, mientras las cortinas arden, todo el castillo arde y, de nuevo adulta, corro al balcón, donde una muchedumbre furiosa pide mi muerte a gritos. Caigo, caigo, y de repente estoy corriendo por las calles llenas de pobres que lloran y me culpan de su desgracia –“¡Por tu culpa me estoy muriendo!”- y me lanzan sangre que queda pegada a mi magullado cuerpo desnudo y me quema la piel. Frenéticamente llego a un callejón y, sin razón alguna, soy una muñeca de porcelana, y el señor Metal entra en la habitación, toda llena de muñecas con la cara de mis conocidos. Una por una se lleva a cada una de ellas, con delicadeza y amor, y la habitación va vaciándose mientras yo espero mi turno. Pero este nunca llega y, vacía ya la sala, el señor Metal da una última mirada como quien comprueba que no se deja nada, y cierra la puerta y la luz, dejándome sola. Y mientras el fuego llega a la habitación y todo empieza arder, y miles de cadáveres de amontonan a mis pies, veo a mi madre llorando mientras pregunta al cielo que hizo mal conmigo. Y al cesar los llantos, Chibi aparece frente a mí, serio, llenos de odio los ojos y me grita: “¡No me quieres, nunca me has querido! ¡Jamás estas contenta porque me odias! ¡Yo te odio! ¡Eres lo peor que jamás me ha pasado!”…


Despierto mojada en sudor frio, asustada y triste, y sabiendo que estoy condenada desde que nací. Y entonces, destrozada, lloro toda la noche hasta que despierta el mundo para que no me queden lágrimas, para que ese día, como todos los demás, pueda congelar mi sonrisa en la cara y esconder este pesar que año tras año me desgarra el alma y me aprieta el corazón…que gran placer debe ser morir…


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