Con mi novio

Operación Bikini

jueves, 4 de noviembre de 2010

DOS AÑOS YA...


Y entonces, con un hilo de voz inseguro entre la curiosidad y la malicia, la doncella preguntó que veía en ese muchacho desaliñado.
- Ya que lo pregunta –respondió la princesa con los ojos vidriosos- No te dejare con esa duda que te corroe. Sé muy bien, pues tus mismos gestos lo demuestran, que crees que nuestras diferencias no nos pueden mantener unidos, ni siquiera ignorando la clase social. De tan distintas costumbres y pensamientos somos que parece una locura que sigamos juntos, a fuerza de luchar contra todo. Pero ya que tú, que no tuviste mi misma suerte con el amor, te cuestionas este secreto, te describiré todo aquello que con tus mismos ojos no eres capaz de ver y que es la razón de que hoy dos años de relación estemos celebrando.
>> Él es un muchacho alto, puesto que yendo yo a suela plana, casi cabeza y media me pasa. Por tonto que eso suene, ahí empiezan sus virtudes, pues siempre me encantaron los chicos altos, y esa diferencia entre nosotros, para mi roza la perfección. Buenos hombros, anchos sin exceso, que contrastan con su cuerpo más bien fino, delgado (más de lo que él cuesta admitir), pero más fuerte de lo que pueda aparentar a simple vista. Piernas largas y fuertes, brazos finos pero para nada enclenques, manos grandes de dedos largos. Eso es lo que a simple vista se aprecia de su cuerpo, a la vez que uno ve su porte despreocupado, sus andares a zancadas y sus desordenados pasos que, sin embargo, no evitan que tenga cierto y ligero porte de superioridad. ¡Como me gusta colgarme de sus hombros o sentir sus brazos rodeándome! O subir por su cuello, que no es grotesco como el de la mayoría de los hombres. Porque su rostro desprende una dulce harmonía imposible de truncar…tiene el cabello agradable al tacto, de un hermoso color castaño oscuro, que cae sobre su cara con unos graciosos rizos rebeldes. La forma de su cara, fina y cuadrada por igual es de forma agradable, como es acariciar su contorno hasta la barbilla, una lindísima barbilla. El ligero asomo de barba que aún raspa hace aún más agradable ese tacto si cabe. Sus cejas pobladas pero bien definidas dan paso a esos ojos que, sin ser especialmente grandes ni tener un color singular, consiguen ser preciosos y atrayentes, de un verde olivo misterioso, brillantes de deseos y opacos de miedos. Los únicos ojos que nunca me canso de mirar, como tampoco me canso de admirar sus pestañas, larguísimas y espesas, que potencian su mirada. Su nariz, aunque cabe decir que muy recta, resulta apropiada a su rostro. Su punto fuerte, sin duda, son unos labios preciosos, finos como corresponde a un hombre, pero rojos como corresponde a un amante. Carnosos y húmedos, pero nada femeninos, deliciosos y perfectos. Tanto como los dientes y los hoyuelos que al sonreír enseña, con esa sonrisa socarrona, su símbolo de identidad y su mayor atractivo.
>> ¡Pero sería injusto solo físicamente describirlo! Porque, aunque es terriblemente guapo a mis ojos, esa no es ni de lejos su mejor virtud. Él es un chico especial, muy especial. Criado entre montes, aldeas y atardeceres, su alma (como su olor) está en los árboles, en los ríos salvajes, en la neblina de la mañana, en el musgo de las rocas, en el agua de manantial y en el canto del silencio. Condenado a las sombras a las que él mismo se echo, supo encontrar un manto de consuelo en la propia oscuridad de su alma, que ha aprendido a aceptar, aunque le repugna, porque le repugna demasiado recordar…se convirtió en su propia tenue luz, aprendió a disfrutar y aceptar y tanto aprecio le tiene a la vida que la considera un regalo, un regalo que no cree merecer. Agotó sus lágrimas y se niega a llorar por nada…pero ¿Quién podría sospechar algo de eso conociéndole? Payaso por naturaleza, siempre tiene la palabra justa en el momento justo. Sabe lo que debe decir y a quien, y su paso no deja indiferente. Un paria desterrado que muchos han llegado a odiar, pero que otros tantos admiran por su capacidad de ignorar, de ignorar de verdad, de ser como quiere ser sin que nada o nadie lo impida. Optimista como es, nunca de más se preocupa, ni se come la cabeza por aquello que no tiene arreglo. Él no entiende de poder, dinero, de papel o de aspectos, simplemente hace lo que cree conveniente. Posee el ego masculino, como todos, pero a diferencia de muchos, es capaz de aceptar que hay gente mejor que él, incluso tareas que puede hacer mejor una chica (y que no son propiamente de mujer). El sarcasmo y la ironía están al tanto de sus gestos, y la sinceridad cubre todas sus palabras. Es un misterio, pues siempre que una cree conocerle, muestra una nueva faceta. Por ello no creo estar capacitada para decir lo que ahora estoy diciendo. Sin embargo, quiero intentarlo, pues no hay nada más hermoso que se pueda hacer. Él tiene cierto recelo con el mundo, en mayor o menor medida. La gente que le cae bien tiene cierto punto demente, como él mismo. Porque, y no sé si se deberá a que es un artista, él ve por encima de todo, va más allá, descubre y enseña. Tiene mala memoria, pero es de palabra, y aunque puede ser cruel por diversión, nunca traicionaría a un verdadero amigo. La gente que le conoce podría decir que es malo, insensible, cruel, o incluso egoísta. Más que eso, es que ha aprendido a valerse por sí mismo, solo, y no espera la mano de nadie igual que él no se la tenderá a nadie sin una buena razón detrás.
>> Pero cuando está conmigo, cambian las cosas. Es para mi padre e hijo, amigo y amante, raíz de mis más profundos miedos y de mis más extensas alegrías. Mar y tierra, cielo e infierno, agua y fuego, toda mi vida y todo lo que hago gira a su alrededor. Me cuida y permite que le cuide, me arropa y permite que le arrope, mi mima y permite que lo mime. Conmigo se vuelve dulce, dócil, incluso podría decirse que sumiso. Su alma libre resta con esa única atadura invisible que él mismo desea mantener, y me mira con una admiración, una devota fascinación, que quien solo sus ojos viera pensaría que a su Dios está rezando. No sé que debe ver en mí…cuando estamos a solas, me besa con pasión reprimida, con una dulzura infinita de quien teme romper una estatua de cristal. Me acaricia delicadamente y yo hago lo mismo, y descubro entonces sus pectorales duros, sus atrayentes pezones que no puedo evitar besar, su estómago donde acurrucarse parece anular todo el mal posible, su ancha espalda que dan ganas de masajear…oír su voz, su calmante voz…él dice todo aquello que nunca de otra boca salió, y me sienta tan bien que a cada palabra suya sería capaz de esperar otro año por verle. Y luego con sus manos, con sus labios, con sus dedos, me lleva al cielo sin dejar de mirarme, y yo solo puedo rendirme ante él, y disfruto, disfruto…luego me deja acurrucada, temblando, y se acurruca conmigo, y me mira, y me habla bajito, como con el temor de estropearlo…esos momentos son lo que más me gusta de todo. No terminaría jamás de describir todo lo que siento en esos momentos, pero entonces deja de existir todo, el mundo desaparece, y solo quedamos nosotros, juntos, y siento que todo se arremolina…y él me besa la frente y encuentro una paz infinita, y no quiero moverme nunca más, porque para mí ese momento es perfecto…
Entonces la doncella, que había estado atenta a todo, arrugó la nariz y suspiró largamente antes de responder, con un claro tono de reproche, a su señora.
- ¡No logro entenderlo! ¿Acaso es que cree que él estará ahora en una taberna, alabando sus virtudes frente a un amigo suyo como hacéis ahora conmigo? ¡Despertad, señora! Solo es un viajero que busca una buena excusa para divertirse con vos…
- Eso hubiera valido a los dos días, no a los dos años.
- Debéis olvidarlo. Es un vaga mundos sin futuro, sin atractivo ni fortuna. No tiene títulos ni experiencias, no puede ofrecerle nada. No tiene dinero, tierras o joyas, no tiene contactos ni conocidos interesantes, no se arregla ni tiene el paladar fino, ni sabe encontrar más gusto en un palacio que en la hierba tierna bajo un árbol. A un buen marqués o un duque os debiera presentar, uno con el futuro asegurado, que le diera estabilidad, y nada de problemas…princesa ¿Cómo podéis conformaros…?
La princesa permaneció callada largos minutos, mirando por la ventana. La doncella, resignada, hizo ademán de irse, pero entonces finalmente llegó la respuesta.
- Yo me conformé –dijo ella, con una solemnidad y una ternura especial- el día que él permitió que le diera la mano.


2 comentarios:

  1. Mery.. que bonita entrada.. se ve que estas muy enamorada de tu chico.. por todo lo que cuentas vaya que tiene cualidades y ademas es guapo!!! =P

    me da mucho gusto que estes tan contenta y festejando tu segundo aniversario, que sean muchos mas!

    besos y gracias por pasarte, ya edite la entrada, y como me preguntas sobre la tradicion escribí muchas mas cosas y puse mas imagenes, espero te guste.

    XOXO

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  2. muy bonita entrada , es buneo que estes asi e enmaorada enserio se siente se leee eso en tu entrada ,soy nueva por tu blo me encanto como escribes muy bien definido te invito a mi blog por si quieres pasar

    www.lunadecrystal.blogspot.com
    te sigo para leer ok un besote byee

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